domingo, 22 de febrero de 2009

Concierto Barroco


Vivaldi tocaba
un largo al revés.
El sol se moría
cansado del día
al atardecer.
¡No te vayas! ¡Ven!
No ves que no puedo
mirarte ni ver.
La luna en el centro
de la frigidez
y el silencio muerte
al atardecer.
¡No te vayas! ¡Ven!
insiste Albinoni
"A cinque concerte"
La viola libera
cifras del papel
un chelo muy grave
las vuelve a prender.
Allegro del llanto
al atardecer.
¡No te vayas! ¡ven!
No ves que la muerte
me quiere coger.
Sonatas de hielo
pueblan mi través,
y suenan trompetas
de llamada ¡Ven!
Van llamando ausencias
con su voz de miel:
¡No te vayas! ¡Ven!
LLantos de guitarra
vibran en trompel.
Mira que no puedo
ya moverme ¡ven!
Arterias de piedra
sobre mis dos pies
y Haendel soñando
el número diez.
¿Por qué me abandonas?
¡No te vayas! ¡ven!
no ves que me muero
este atardecer.
Caprichio finale
Flautas y un rabel.
Resuenan los cascos
ya de su corcel
Andante maestoso
Sonata. Purcell.
El tiempo se rompe
este atardecer
¡Ya no vengas! ¡Vete!
Ya soy del ayer.

"Este poema no es mío, es de un autor Anónimo, del cual estoy eternamente agradecida, ya que me sirvió para un trabajo de literatura..."

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