jueves, 1 de abril de 2010

- Lo que el demonio de metal se llevó...


Esa mirada triste
de aquel niño,
que bajo la humedad de la noche
abandonaba sus esperanzas,
Alzando la mano para opinar,
silenciado por el rugido del motor
acompañado solamente por el mar
que ahogaba las rocas impotente
La luna agotada de iluminar
descansaba en los brazos de las nubes,
mientras esa mirada triste,
solitaria y desesperanzada,
de aquel pequeño, que abandonó
mas que un sueño,
una razón de vivir.

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