lunes, 10 de diciembre de 2012

Algo más que una emoción...

Botellas rotas, vasos rotos, colillas en la alfombra. Me siento, carraspeo, mi garganta me duele, a mi alrededor cinco cuerpos de hombre, desnudos. Al parecer fue una noche divertida. No recuerdo bien, con quien me acosté anoche, no sé si con Álvaro o con Josito. Martin tenía una de sus manos sobre uno de mis pechos. Ahora si estaba confundida. Que había hecho. Me levanté, tratando de no aplastar los cristales rotos. Fui al baño, mi pijama ensangrentado, algo raro había pasado. Un ruido molesto que venía del microcomponente, un ruido de radio desintonizada, ensordecía mis oídos. No me resulta inusual amanecer con cinco hombres en la cama, ya no tenía dignidad, sólo me importaba pasarlo bien. Mi vida valía un par de botellas de Chivas Regal y una caja de condones con vibro red. Me dolía el entrepierna, normal, había follado a cinco hombres en una noche. Llené la bañera, me metí dentro, y comencé a fumar. Patricia, se oía de la otra habitación. Era la voz de Cristóbal, difusa, pero era su voz. No dije nada, solo me sumergí entre las burbujas, accidentalmente apagué mi cigarro, la ceniza se mezclo con el jabón, burbujas amargas, oscuras. Salí de la bañera, ni siquiera me di el tiempo de ponerme la toalla, si unas chanclas, no quería romperme los pies. En la habitación seguían durmiendo. Álvaro, Josito, Martín, Cristóbal y Jaime. Al parecer Cristóbal no había dicho mi nombre, claro estaba, pues seguía durmiendo… Me asomé por el balcón, la ciudad se veía normal, autos, gente, ruido. Un normal y gris día lunes, martes, jueves tal vez. No tenía idea que día era. Observé mis manos, y mis largas uñas. Mis brazos, con un hematoma que no sé si lo embellecía o lo hacía ver terrible. Esférico, violeta, un bello recuerdo. Entré, me miré en el espejo, pude ver marcas de cigarrillo, las que encuentro siempre luego de una noche de olvido, lujuria y alcohol. No sentía ganas de hacer algo, miraba mi departamento, arruinado, me daban ganas de seguir durmiendo, pero mi cama estaba ocupada por hombres, que no son nada más que compañeros de oficina. Ni amigos, ni nada. Sólo compañeros de trabajo que utilicé para saciar mis más oscuros deseos. Jamás sentí vergüenza de tener sexo con cualquiera, es algo tan natural, tan humano. Desde que mi madre me pilló en mi habitación con mi mejor amigo, hace ya 10 años tal vez, perdí la vergüenza y la cordura, amo el sexo. Me acerqué a la cama, pude observar que nadie movía un dedo. Ni siquiera los escuchaba respirar. Parecen muertos. Me subí a la cama, y les acaricié el pelo, uno por uno, de a poco recuerdos vagos venían a mi mente, si, así, sigan. Poco a poco me excité, y tuve que masturbarme para poder saciar ese impulsivo deseo de tirármelos a todos otra vez. Ni mis sollozos ni gritos despertaron a los muchachos, de verdad tuvieron que haber bebido demasiado. Puse mi cara en mis rodillas, y comencé a pensar. Estuvieron sólo ellos y yo. O habría alguien más. Suena el teléfono, no quiero contestar. Suena insistente. No contestaré. Mi móvil, no estaba, quizás lo lancé por el balcón otra vez. Sirenas en las calles, se agitó la ciudad, algún delincuente que afortunadamente le quita la paz a la ciudad. Suena el timbre, el portero molestando otra vez. He pagado tres multas ya esta semana. Golpean mi puerta, no me voy a levantar a abrir. Golpean más fuerte. Sigo hundida en mis rodillas. Siento que golpean con algo más que solo los puños. La puerta cae, tres hombres me apuntaban con una pistola. ¿Qué sucede oficial? Me transporté, a mis recuerdos de esa noche. Uno por uno caía muerto en mi cama, ¿yo los maté? No lo sé, pero creo que las esposas en mis muñecas son prueba de que en mis manos habían estado esas cinco preciadas vidas. Me las cargué. << Y por mis labios se deslizó la sangre de los inocentes, dulce sangre>>

domingo, 11 de noviembre de 2012

Paso fijo, rítmico, coordinado. Zapatillas, suelas gastadas, Cordones desatados. Paso ligero, suaves pies, Firmes piernas, pecho apretado, Palpitar constante. Sudor, sollozo, respiros. El sol en mis gafas, El aire en mi pelo, El sonido del mar atraviesa el vestíbulo, Danza de gaviotas, tormenta de pescadores, Frenos de aire, marcha imparable. Paso más duro, zapatillas ardientes, Mochila cargada, apuñala la espalda. Sueño y cansancio maquillan mi cara, Aliento rasposo baja por mi garganta. Un café, dos quizás, despierta mujer, despierta ¡ya! Pared acrílica, plumón permanente Letras y letras, todos mienten. Escribo, lo intento, no puedo, no alcanzo, Me desespero. Tomo aire, dos o tres veces, pienso, me detengo. Hierve mi sangre, aparecen mis lamentos, Toco el suelo, bien profundo. Cierro los ojos. Los abro, veo el mar, Oscilante, traicionero, hermoso al fin. Zapatillas desatadas, muy gastadas, Caminan junto a mí. << inspiración vomitiva>>

viernes, 10 de agosto de 2012

Estoy cansada

Para qué expresamos lo que sentimos, si viene alguien mas cruel y se burla de ello. Para qué dedicamos nuestro tiempo a complacer a otro que no se lo merece. Para qué despertamos por la mañana con la esperanza de encontrarnos con quien nos evita. Para qué ocupamos el ochenta por ciento de nuestro cerebro en pensar en personas que no nos piensan. Para qué dedicamos mil escritos a quien lee pero no siente Para qué, para qué, para qué. Porque nos gusta sufrir,SI, por alguien que nos quiere, o que quizás no es capaz de querer, no sabe como hacerlo, o simplemente no nos quiere. Porque nos gusta ese malestar en el pecho, ese miedo, esa angustia, porque no tocas mi puerta los sábados por la tarde. Porque nos gusta inconscientemente el dolor, nos gusta sentirnos inferiores, pisoteados, pero me cansé. Me cansé de intentar estar cerca de ti, me cansé de quedar como idiota frente a ti por darte en el gusto me cansé de rogarle a un alma perdida me cansé de estar ahí todo el tiempo y no recibir lo mismo Me cansé de esperar ansiosa el día para verte me cansé de tu cuerpo robotico me cansé de tus ideas, me cansé de tus cuentos, me cansé de tus falsos lamentos me cansé de tus te quiero insensatos, fríos, me cansé. Cuando escribimos desde la rabia, o la decepción, solo serpientes salen al paso, me arrepentiré después, no lo sé, pero necesitaba decirlo, para intentar creérmelo.

domingo, 5 de agosto de 2012

Me tomas, me abrazas, me besas, te tomo, te abrazo, te beso. Te toco, me tocas, te acaricio, me acaricias, te muerdo, sollozas, te quiero. Me protegen tus brazos, me siento feliz, pero no puedo darlo todo, algo me sucede. Algo me asusta, no es complejo, tengo miedo. Tu cuerpo me es ajeno, pero me enloquece. Su color, su aroma, su textura, su sinuosidad, Te quiero, lo acepto, nunca te he dejado de querer y no creo que pueda dejar de hacerlo. Te deseo, te extraño, te espero, te priorizo, me desvivo, hago mi esfuerzo porque lo veas. Si dijera Te Amo, quizás no mienta, es fuerte, enfermizo, extremo. Si dijera Te odio, mentiría sin piedad, no lo imagino. Si me quedo callada, es porque me siento culpable, de humillar mis sentimientos Y suplantarlos por placer, si me quedo callada, no es porque no te quiera hablar, es que tengo miedo de que te vayas, que desaparezcas, que dejes de existir. Si me quedo callada, es porque estoy buscando las palabras precisas para poder decir todo lo que me importas. Si me quedo callada y te observo, es porque disfruto cada segundo que tengo tu imagen frente a mí, si me quedo callada, es porque quiero escuchar tu respirar, si me quedo callada, no es para que me preguntes que me sucede, es para que te acerques en silencio, me abraces y me contengas, si me quedo callada, no quiero que pienses que es tu culpa, es la mía, mi cobardía, mi falta de tino. Si me preguntaras que siento, te diría sin más que te Amo, que te sueño, que te quiero, que te adoro. atte: Pata

jueves, 26 de julio de 2012

Duele

Duele tener que fingir alegría cuando estoy destruida por dentro. Duele tener que fingir odio, cuando no es lo que siento, duele tener que sonreír a diario para complacer a otros. Duele tener que despertar por la mañana, sabiendo que nadie espera por ti en la estación del metro, duele tener que viajar todos los días con el mismo rumbo, duele la monotonía plural, duele tener que pasarlo mal para que otro lo pase bien, duele tener que mentir por una beca de alimentación, duele tener que estar mendigando techo, duele tener que estar mendigando alimento, duele tener que estar mendigando educación, duele tener que ver las mentiras en la televisión, duele no tenerte sentado a mi lado viendo la mismas mentiras en la televisión, duele tener los labios secos por el frío, duele tener el alma vacía sin sentido, duele tu recuerdo, duele tu fantasma, duele leer tus mentiras, duele leer tus engaños, duele llegar a un hogar desarmado, duele la opresión, duele el silencio ingrato, duele la desconfianza maldita, duelen tus palabras irracionales, duele no tener talento, duele no tener valentía, duele la falta de dignidad, duele mi voz, mi aliento, mi llanto. Duele la garganta apretada, quiero gritar. Duele que te vayas sin decir adiós, duele no soñar contigo, duele soñar contigo, duele ver nuestras fotos, duele ver mis fotos tan vacías, duele ver mis escritos sin coherencia, duele ver mis manos pálidas, duele la violencia, duele ver muerte, duele la injusticia, duele la falta de ideas, duele estar sentada aquí escupiendo palabras al azar, simplemente duele. << Duele no poder escribir más, pero es suficiente para expresar lo que me hiciste sentir>>

sábado, 21 de julio de 2012

Sueños

Extraño mis dedos amarillentos y quemados, extraño mis labios morados e hidratados, extraño ese sabor a cigarrillo por las tardes, extraño la embriaguez por la mañana, extraño la bohemia, las luces, el alcohol, el sudor, extraño las consecuencias, extraño la sensación de muerte diaria, extraño la simpleza de mis pasos, de mis palabras, de mis pensamientos, extraño el mar que chocaba con mis pies, con mis brazos, con mi cuerpo, extraño el brillo de la luna sobre mi piel, extraño el calor del desierto y su amable aridez asesina, extraño caminar kilómetros bajo la noche, extraño la libertad, libertad disfrazada de engaño, sólo para enamorarme más de lo ajeno y deshacerme de lo propio, de lo bueno, de lo cierto. Extraño la amabilidad sincera y la amistad verdadera, basta de falsedades, basta de hipocresía, basta de envidia, basta de daño. Anoche soñé contigo, labios juntos, saliva dulce, vidrios empañados, arrancábamos del mundo, ocultándonos en la penumbra del escenario soñado, pero siempre aparecía alguien, el morbo que provocaba era tremendo, yo deseaba que nos detuviéramos y nos dejáramos llevar, pero tu incesante testarudez se apoderaba de mí y de mi sueño. Terminé abriendo los ojos, con la estúpida sensación de que todo era producto de mi inconsciente, en qué diablos pensaba, a pesar de que te odie tanto, no puedo hacerte daño, a pesar de que te deteste tanto, no puedo asesinarte en mis pensamientos, a pesar de que destruiste mi vida, no puedo y no quiero. << atte... pata>>

domingo, 13 de mayo de 2012

Deseo

Pienso, y le doy mil vueltas dentro de mi cabeza, el por qué a las personas en general les resulta fácil decir te amo a los suyos. Si yo lo dijera sentiría angustia porque no sería cierto, pero también siento angustia porque no puedo decirlo, es extraño, lo que lo hace interesante, comportamiento interesante que deja mi mente cansada y somnolienta. Fumo, elevo mis pensamientos hasta que desaparecen, sensaciones, que se apoderan de la motricidad, paz efímera, risa imprudente, atontamiento eficaz, felicidad equívoca, dolor inerte, bienestar necesario, éxtasis. El oleaje, rizado por el viento, el sol tenue sobre las nubes, la brisa que agita mis cabellos, lo electrifica. Miro a lo lejos una luz, rojiza, oscilante, sobre el horizonte, es como si me llamara, pero dentro de mi cabeza algo me decía que no podía alcanzarlo. Lo intento, me atrevo. Me desvestí y lancé lejos mi ropa. Salté al mar y comencé a nadar. El agua cosquilleaba mis anhelos, mis sueños, no podía detenerme. Hacía frío, pero no sufría por ellos, era más bien placentero, agradable. Mi respiración se agitaba con cada brazada. La luz parecía alejarse, miré hacia atrás, la orilla había desaparecido, como si nunca hubiera existido. Seguí nadando, podía sentir que era mía, estiraba mis brazos, son dejar de patalear, ya la tenía, era mía. Una voz sonaba con eco, pronunciaba mi nombre, me necesitaba. La luz se hizo más brillante, me encandilé. Dos manos cálidas sujetaban mi cara, lloré, al ver que mi madre sostenía mi dolor, mi angustia, después de este trágico accidente. Había perdido la cordura. << Me gustaría ser menos cruel>>

sábado, 7 de abril de 2012



Quiero abrazarte y Sentir el calor de aquella vez.
Quiero besarte, como si fuera la ultima vez que te viera.
Quiero escuchar tu palpitar, tu respiración acelerada.
Quiero sentir ese sollozo dulce, que me hace vibrar.
Quiero apretarte fuerte contra mi pecho, LATIDOS.
Quiero tenerte entre mis brazos, acariciar tu pelo,
tus mejillas, dibujarte una sonrisa.
Quiero acariciar tu espalda y trazar en ella siluetas de encanto.
Quiero que cojas mi mano, y no la sueltes jamás.
Quiero que aprisiones mi corazón, y controles su palpitar.
Un último suspiro.
Quiero despertar.

<< Pierdo la cordura , si se trata de ti>>

martes, 21 de febrero de 2012

Acqua



Extendí mi mano, y se llenó de gotitas del rocío de la madrugada. Miré el horizonte, tan verde, tan puro. El viento acariciaba el pasto, y las flores bailaban rítmicas, bellas, iguales. Empezó a llover, no me fijé en las nubes grisáceas que se posaban sobre el paisaje. La lluvia lo hacía mucho más bello de lo que era hace cinco segundos. Los árboles, trataban de abrazarse. Dejó de llover. Todo se detuvo. Dejé de respirar. Sólo recuerdo, una gota de rocío que se deslizó por mi nariz. Una luz me encegueció. Me sostuvieron con fuerza, y me ayudaron a subir. A donde. No lo sé.

l'acqua è vita

martes, 24 de enero de 2012

Cidio


Hola mi vida. Dije sonriente desde la puerta. Me miró, pero no dijo nada.
Que te sucede, le dije con ternura. No hubo respuesta. Acerqué mi mano a su cara, la acaricié, y noté que una lágrima de deslizaba zigzagueante. Lo abracé. Me apretó con fuerza, y nos quedamos en silencio largos minutos.
Hoy me di cuenta, que no puedo vivir sin ti, Te amo, me dijo. Yo también, le contesté. Pero sentí que mentía, que fue por compromiso, porque esa noche llegué distinta, algo sucedía en mí, pero no sé exactamente que era. Nos dejamos de abrazar, él se levantó, y fue a buscar licor al bar. Fui al cuarto de baño y me desvestí. Empecé a observar unas manchas moradas que tenía en varias partes de mi cuerpo. Un morado tan intenso, como las violetas. Pero verdaderamente no sabía de donde provenían. IMÁGENES repentinas venían a mi mente. GRITOS. Sacudí mi cabeza, como un intento desesperado de volver en sí, y me di cuenta de que alguien me observaba. Me asusté, era él. Traía un vaso, parecía como si lo apretara con firmeza, pues su mano se veía rígida. No dijo nada. Tomé la toalla, y me cubrí, no quería que él siguiera observando mi desnudez. Salí de la bañera, y camine en dirección a mi habitación. Él seguía quieto, sin decir nada. Pasé a su lado, y de pronto agarró fuertemente mi brazo, me dolió. Me asusté, le dije que te ocurre. IMÁGENES, como si lo hubiera vivido antes. Levantó mi cara con su mano, y me dijo, de aquí no pasas. Intente soltarme, pero me fue imposible. Me empujó contra la pared, me azoté la cabeza, SANGRE. IMÁGENES. No por favor, supliqué, ya recordé como habían aparecido esas manchas púrpuras. Intente sostener mi cabeza, me ardía. Lanzó el vaso contra el espejo, CRISTALES. Me arrastró hacia el salón, CRISTALES. Lo último que recuerdo fue que me apuntó con algo muy brillante, y el sonido agonizante de mi último suspiro.

Lo que muchas PERSONAS aguantan, NO AL MALTRATO, NO AL HOMICIDIO.

domingo, 22 de enero de 2012

Perfecta


Por qué cuando hay luz, tú sombra la opaca delicada.
Se reseca mi garganta, empuño mis manos.
Golpeo las páginas negras, de una historia cruel,
Que acabó de golpe, se acabó la tinta, se quebró la pluma
Me cansé.

Enciendo un cigarro, áspero, amargo, mortal.
Recorro mi mente, y te encuentro difuso.
Acerco mi mano a la tuya, y me quemo.
¡RECUERDOS!
Abro los ojos, eres tú.
¿PANICO?
No.
Satisfacción.

Pesadilla

Su voz varonil penetró mis oídos, cómo un coro de ángeles. Su acento bonito, su buena dicción y labia me entusiasmaron del primer hola a tra...