domingo, 22 de enero de 2012

Perfecta


Por qué cuando hay luz, tú sombra la opaca delicada.
Se reseca mi garganta, empuño mis manos.
Golpeo las páginas negras, de una historia cruel,
Que acabó de golpe, se acabó la tinta, se quebró la pluma
Me cansé.

Enciendo un cigarro, áspero, amargo, mortal.
Recorro mi mente, y te encuentro difuso.
Acerco mi mano a la tuya, y me quemo.
¡RECUERDOS!
Abro los ojos, eres tú.
¿PANICO?
No.
Satisfacción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pesadilla

Su voz varonil penetró mis oídos, cómo un coro de ángeles. Su acento bonito, su buena dicción y labia me entusiasmaron del primer hola a tra...