domingo, 27 de enero de 2013

Sábado en la noche Domingo de madrugada

Se me congeló un pie, por sacarlo fuera de las sábanas mientras dormía. Esto me despertó. Aun estaba oscuro, me senté en la cama y observé mi habitación. Muchas formas en la oscuridad, que en otras ocasiones me causaba miedo, estaban puestas al azar, claro era el desorden que había provocado. Estiré mi brazo tratando de alcanzar el mando de la televisión… Luz azul invadió mi cuarto, me empezó a doler la cabeza, la apagué. Me recosté y me mareé de nuevo, ese efecto extraño que se produce al ponerte en decúbito dorsal luego de haber bebido bastante y haber fumado algo más que un simple cigarrillo. Lo pasamos muy bien. Sabía que en un par de horas más disfrutaría de una gran resaca. Mi cuerpo vivo, adolorido, deshidratado, me encanta. Me levanté, abrí las cortinas, empezó a amanecer. Fui al baño. Hice pis, luego me miré en el espejo, mi maquillaje corrido y un arañón en mi frente. Llené la bañera, me sumergí y descansé. Todos dormían en casa, mi madre no se había dado cuenta de que había llegado. No la quise despertar esta vez, necesita dormir. Era domingo, entonces duermen hasta tarde. El champú no hacía burbujas, tenía el pelo demasiado asqueroso, humo, sudor, alcohol. Sabía que apestaría igual luego que estuviera seco. Me vestí, saqué el auto, en mi mente sólo había un destino, la playa. << Este texto puede ser tan real como usted crea>>

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