sábado, 13 de septiembre de 2014

BBL ( Beso bajo la lluvia)

Las nubes negras, que cubrían el cielo de esa mañana marcaban el adiós más triste que Bea pudo vivir. Se colocó su abrigo negro, peinó sus cabellos y se dirigió a la entrada de la casona. Allí estaba Henry, su marido. Vestido con su traje verde militar, y sus bototos pesados muy bien amarrados. Junto a él una enorme mochila del mismo color, llena de insumos médicos y provisiones. Henry era doctor, y estaba a punto de embarcarse en un navío que lo llevará al campo de batalla, donde deberá salvar a los caídos en guerra. Bea, no lo entendía. Ella lo quería en casa, sano y salvo, pero el deber lo llama. Corrió escaleras abajo, sin siquiera dar tropiezo en el nudo de alfombra que se hace entre el primer y segundo escalón, y se colgó de su cuello. Henry la abrazó fuerte contra su pecho, rodeando su cintura y besándola en la cabeza. Te amo, dijo ella, y Henry contestó, yo también. Bea rompió en llanto, él le acarició la cabeza, cogió sus cabellos y con sus hermosos ojos turquesa la miró y le dijo, volveré amada mía, te lo prometo. Se produjo un silencio, era tiempo de partir. Henry cogió su equipaje y Bea lo acompañó hasta la entrada principal. Llovía a cántaros. Al llegar al portón, Henry dejó caer su equipaje, rodeó raudamente a su chica por la cintura y con una sonrisa llena de encanto y ternura la beso suavemente, con movimientos llenos de pasión y desenfreno. Las gotas de lluvia se deslizaban delicadas por sus pieles, acariciando de vez en cuando sus labios y empapando sus ropajes. Fue el beso más triste de la historia, el más largo tal vez, aunque quien sabe si fue el último, pues han pasado 15 años y Henry no ha mandado carta aun. << El viento ulula cada noche en la ventana de Bea, es Henry que la visita, piensa ella>>

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