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Mostrando entradas de febrero, 2009
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Bajo la luz de la luna mi guitarra y yo vagamos por donde nadie ha pasado. Cerca del río, que se llevó la esperanza, la felicidad de estar contigo. Sabor a niebla, se cuela por las cuerdas y clavijas, cruzando y acariciando a la vez; cesando esa sed de melodía que crece pura durante todo el día. Guitarra amiga mía, duerme en lo lecho sombrío protege mi alma del vacío. Llena de paz todo mi ser. Sujétame cada vez que resbale, confiaré en que siempre estarás junto a mi corazón. El silencio cubre la habitación, con su manto de frío calor. La música renace en mi interior. Momentos de felicidad, vivo al despertar cuando veo que sigues junto a mi. El aroma a ritmo me ahoga al saber que tú ya no estás. Y no me dejas otra alternativa que seguirte noche y día es mi eterna agonía. "Lo que alguna vez quiso ser canción, se ha convertido en palabras que se escabullen al olvido"

Agonía en grados

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Cada mañana que despertaba mareada, era relativamente normal. La resaca era prácticamente mi alma, y sin ella no existía nada más que oscuridad y perdición. La euforia subía cada vez que bebía; el ron, el whisky, el tequila, el agua ardiente, la cerveza, iban y venían, y mis dedos no soltaban el vaso, a menos que estuviese vacío y listo para ser llenado otra vez. Cada trago era más dulce que el anterior. Día a día me sumergía en sueños, mi subconsciente funcionaba a la perfección. Aunque el grado de alcoholismo presente en mi cuerpo era bajo, recibía a diario las críticas de la sociedad que me rodeaba, por no llamarle familia entrometida. Si lo miramos desde afuera, es muy sencillo decir ¡déjalo! Pero si lo tomamos desde el interior, resulta ser más complejo, ya que se ha transformado en una adicción. Adicción que sabía que existía, pero que no podía dominar, era superior a mí en todo sentido. Intenté buscar ayuda, pero mi andar era detenido por la sequedad de mis papilas gustativas, q...

Concierto Barroco

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Vivaldi tocaba un largo al revés. El sol se moría cansado del día al atardecer. ¡No te vayas! ¡Ven! No ves que no puedo mirarte ni ver. La luna en el centro de la frigidez y el silencio muerte al atardecer. ¡No te vayas! ¡Ven! insiste Albinoni "A cinque concerte" La viola libera cifras del papel un chelo muy grave las vuelve a prender. Allegro del llanto al atardecer. ¡No te vayas! ¡ven! No ves que la muerte me quiere coger. Sonatas de hielo pueblan mi través, y suenan trompetas de llamada ¡Ven! Van llamando ausencias con su voz de miel: ¡No te vayas! ¡Ven! LLantos de guitarra vibran en trompel. Mira que no puedo ya moverme ¡ven! Arterias de piedra sobre mis dos pies y Haendel soñando el número diez. ¿Por qué me abandonas? ¡No te vayas! ¡ven! no ves que me muero este atardecer. Caprichio finale Flautas y un rabel. Resuenan los cascos ya de su corcel Andante maestoso Sonata. Purcell. El tiempo se rompe este atardecer ¡Ya no vengas! ¡Vete! Ya soy del ayer. "Este poema no e...

Amor

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Amé, desde el primer momento en que te vi Amé, cada palabra que salió de ti Amé, todas tus hazañas y proezas Amé, cada parte de tu magnificencia Amo, todo lo que haces Amo, todo lo que tocas Amo, todo lo que dices Amo, todo lo que provocas Amaré, aun más si tu amor es para mí Amaré, como una niña cuando corra hacia ti Amaré, cada momento que pase junto a ti Amaré, sin más remedio, o sólo esperaré morir. "Palabras que algún día obsequiaré a esa personita especial"

Eclipse de Luna llena... mi salvación.

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Eran las tres y media de la mañana, y yo estaba saliendo del turno de noche del Hospital del pueblo. Las calles estaban oscuras, no había ningún ánima, según mi mente objetiva. Con lo que a mi respecta los espíritus son fundamentos básicos que la gente le da a reacciones naturales, como son al cambio de temperatura. Hasta hace un par de años atrás, estaba convencida de que los eventos paranormales, espectros, que todos conocen a la perfección, no existían en el mundo en el que vivía. Mi objetividad me cegaba, hasta el punto de que el dolor humano lo asociaba a la anatomía, y el sentimiento lo dejaba netamente de lado, un tanto sádica mi forma de pensar, pero era la única que conocía. En el pueblo se rumoreaba la existencia de un sicópata, habían desaparecido siete adolescentes de distintos colegios y clases sociales. En el pueblo había toque de queda, muy parecido a lo que ocurría en un golpe de Estado. La gente no tenía una vida tranquila, vivía atemorizada, con la preocupación de “en...