Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2014

Mis demonios

Imagen
Y ahí estaba parada en frente de mis demonios. Sombras entrelazadas que formaban una silueta de encanto que me fascina. Mis demonios a un metro de mí me observaban macabro. Sonreían con desagrado, con asco, acompañaban esa sonrisa con una mirada de superioridad que me hizo sentir como una rata callejera. Trataba de sostener la mirada, supliqué. Mis demonios disfrutaban cada movimiento nervioso de mi cuerpo. Tratando de sobrellevar esa sensación amarga de insecto aplastado, me paré derecha, y los miré de frente, sin quitarles mis ojos café grano de encima, ni un solo parpadeo, ni una gota de aire exhalé. Me di cuenta de que esas sombras se irían si yo las dejaba ir, una imagen se proyectó en mi mente, la imagen de un árbol negro en un dibujo que hice hace unos años, en medio del dibujo una flor roja, pequeña y delicada, y a un costado un árbol negro, seco, sin hojas que le hacía sombra. Sólo debía pasar la goma de borrar y se iría, recuerdo aquella flor que al sacarle el árbol de enc...

Las Aventuras de Dimitria Callygster, capítulo 2

Imagen
La respiración se me cortó cuando sentí que una de las bestia había vuelto y descubre mi intento de robar el mapa. Me atrapó entre sus brazos peludos y yo intenté zafarme de ellos usando toda la fuerza y las técnicas que me habían enseñado en la aldea. Mis hermanos me habían dado clases de combate, era hora de poner esos movimientos en acción. Me deslicé de entre sus brazos y rodé unos cuantos metros delante de la bestia, saqué mi daga y me puse en guardia. Grita tu nombre, pequeña hobbit, gruñó la bestia, Dimitria, Dimitria Callygster, contesté. Y que mi nombre quede guardado en tu memoria rufián, yo hoy te despojo de tan preciado mapa y hoy será el último día que veas la luz del sol. Salté metros en el aire, tratando de sostenerme de una rama. Pude alcanzar una y vi como el terrible llamaba a los demás, a tal descuido que salté sobre su cuello y lo cercené. La sangre empezó a brotar en todas direcciones, mi rostro quedó empapado. Me devolví al árbol, y cuando los otros apareciero...

Las aventuras de Dimitria Callygster, capítulo 1

Imagen
Entre ramas y hojas que bailan al compás del viento, desperté. Miré mis pies, estaba descalza. De un salto me puse de pie, nunca pensé que podía ser tan ágil. Sacudí mi ropa y la observé por un momento largo. Tenía una blusa de seda semi rasgada, una chaqueta de cuero de a saber que alimaña y unos pantalones ajados color café que me llegaban a la pantorrilla, parecía pordiosera. Entre las hojas brillaba algo plateado, me acerqué a ver que era y descubrí una daga que en el mango tenía tallado mi nombre; Dimitria. La colgué en mi cinturón, y empecé a caminar. Estaba en el bosque de los Terribles, eso era claro. Caminé con la seguridad de que podía enfrentarme a lo que viniese. Me escabullí entre los árboles, intenté trepar un árbol pero me fue imposible, estaba débil y tenía hambre. El crujido de las hojas bajo mis pies me delataría en menos de una milésima de segundo ante cualquier enemigo. Me detuve, y cerré los ojos. Me puse a escuchar lo que sucedía en el bosque, mis grandes o...