Cidio

Hola mi vida. Dije sonriente desde la puerta. Me miró, pero no dijo nada. Que te sucede, le dije con ternura. No hubo respuesta. Acerqué mi mano a su cara, la acaricié, y noté que una lágrima de deslizaba zigzagueante. Lo abracé. Me apretó con fuerza, y nos quedamos en silencio largos minutos. Hoy me di cuenta, que no puedo vivir sin ti, Te amo, me dijo. Yo también, le contesté. Pero sentí que mentía, que fue por compromiso, porque esa noche llegué distinta, algo sucedía en mí, pero no sé exactamente que era. Nos dejamos de abrazar, él se levantó, y fue a buscar licor al bar. Fui al cuarto de baño y me desvestí. Empecé a observar unas manchas moradas que tenía en varias partes de mi cuerpo. Un morado tan intenso, como las violetas. Pero verdaderamente no sabía de donde provenían. IMÁGENES repentinas venían a mi mente. GRITOS. Sacudí mi cabeza, como un intento desesperado de volver en sí, y me di cuenta de que alguien me observaba. Me asusté, era él. Traía un vaso, parecía como si lo...