Desesperación
Alguna vez te has cuestionado porqué de noche aparecen las angustias. Esas palpitaciones que ponen en riesgo tu corazón, esa maratón rítmica que casi colapsa tu aorta. Es así cómo de pronto me cuesta respirar, me cuesta concentrarme, me cuesta abrir los ojos, me pesan los hombros, siento inapetencia, náuseas, me desespera. Me desespera esta sensación de mierda que me carcome por dentro, esa letanía que me debilita cada vez un poco más, tu puedes, eres fuerte, eres poderosa, has logrado todo en poco tiempo. No te imaginas cómo deseo gritar, correr, lanzarme cerro abajo rodando, me siento prisionera de algo que no esperaba. Lloro, porque quisiera por un segundo desconectar la mente de mi cuerpo, sentir que descanso por un par de minutos, reír, soñar, creer, emocionarme, pero me siento muerta. Siento que mi alma está vacía y no vuelve. He perdido todo, aunque me queda cordura, pero el tiempo me juega en contra, me siento un explosivo a punto de estallar. Rompo en llanto y no encuentro con...