El arma más letal, es la pluma que desenvainas al expresar tus pensamientos más íntimos
martes, 24 de noviembre de 2020
Desesperación
domingo, 22 de noviembre de 2020
Delirios de cantina
sábado, 21 de noviembre de 2020
Camino por un pasillo obscuro, rechinan las tablas bajo mis pies, bajo mis tacones más bien. Enderezo mis hombros, sigo caminando con la seguridad en mi pecho, no temo, no miento. Silencio ensordecedor. Cierro los ojos, respiro, los vuelvo a abrir y me encuentro en la habitación de huéspedes, desnuda. Un hombro violáceo y sangre en mis rodillas, duele!
Mi corazón palpita estrepitoso, lloro. Qué sucede? Destellos de imágenes invaden mi cabeza, una voz varonil gritándome ZORRA! Dos golpes y un puntapié, caí de bruces sobre el espejo. Miro mis pechos y es verdad, múltiples cortes sobre ellos. Ahora entiendo, lo veo, lo siento.
Miradas inquietas me observan desde lo alto, algunas conocidas. Tus ojos inconfundibles, oscuros, siniestros.
Flores a mi alrededor, un cristal que me separa de ellas, de sus aromas, de sus colores. Aplausos y llantos al unísono, una mano que cierra la tapa, congelandome en la oscuridad y paz del descanso eterno.
No puedo seguir
viernes, 20 de noviembre de 2020
Pensamientos de media tarde
martes, 17 de noviembre de 2020
Bienvenido a mi melancolía
sábado, 7 de noviembre de 2020
El tiempo
lunes, 2 de noviembre de 2020
Renacer
Siento el palpitar en mi garganta, casi cómo si el corazón quisiera escapar de mi pecho. Ansiedad. Siento correr la sangre en mis venas, ese torbellino asteroidal en mi estómago, que estalla en un mar de sensaciones inentendibles y se transforman en sonrisa, en incertidumbre, en curiosidad inquietante. Siento cómo el miedo se apodera de mí, me angustio. Será que el dolor, el desamor, me han puesto una coraza? Una armadura impenetrable? Fragilidad. Me estremece recordar esa caricia dulce, suave, estimulante en mi mejilla. Me estremece pensar en que había olvidado lo que era sentir cariño. Algo tan esencial, algo tan increíblemente esencial y que había omitido, anulado, olvidado. Siento ese calor radiante, esa alegría estúpida que se convierte en un fénix renaciendo de las cenizas, un ave libre y capaz de levantarse de la muerte, de la pena, del dolor. Siento tristeza porque no tomé buenas decisiones, de aquél apretón de dedos, o aquella morisqueta de menosprecio, esas palabras clavadas como agujas en mi alma, esa intensa forma de hacerme sentir que no valía. Y valgo mucho, me he dado cuenta. Valgo tanto que tengo fuerza y decisión. Valgo tanto que es justo que yo sea feliz, y lejos de tu existencia. Y te quemarás en la hoguera inundado de odio, pues te duele saber que estoy mejor si tu puta y desgraciada existencia. Desapareces, tanto que ya no recuerdo tu cara, tu aroma, tu estatura. Tal ave rapaz y carroñera, me robaste energía e ideas, tuviste cobijo cuándo llovía y amor verdadero sin merecerlo. Te dejo ir de mi mente, no siento odio sino alivio. Me siento libre, de dolor y ataduras, me siento bien porque me tengo, y eso es mucho más de lo que puedes aspirar. Me siento libre y capaz de volver a amar, a un alma que quiera huracanarse con la mía, tengo paciencia y me sobra el deseo de vivir nuevas experiencias, aventuras, cosechar mis frutos. No tengo miedo de no volver a sentir, pues siento, alegría, curiosidad y deseo, mucho más humana y terrenal, más sincera y consciente, decidida y valiente.
"No me preguntes que hice entonces, cuando la noche me protegía, no me peguntes que pretendía cuándo el dolor yo perseguía" EUKZ.
Buen provecho.
Pesadilla
Su voz varonil penetró mis oídos, cómo un coro de ángeles. Su acento bonito, su buena dicción y labia me entusiasmaron del primer hola a tra...
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Eran las tres y media de la mañana, y yo estaba saliendo del turno de noche del Hospital del pueblo. Las calles estaban oscuras, no había ni...
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Me enamoré de una causa perdida. Pierdo cordura. me estremezco, porque existes, pero no te poseo. Pasan las horas en absoluto silencio. Me ...